La fibra no tenía competencia

Ono

«Pleitos tengas y los ganes», reza la maldición popular. En el caso de Ono, ganar todas las demandas interpuestas por sus competidores por presunta competencia desleal es algo que no debió importarles mucho, queremos pensar.

Y es que, aunque nunca es un indicador infalible, al menos sí parecía un claro síntoma de que habíamos encontrado una clara palanca de crecimiento al reivindicar en voz alta la enorme superioridad de la fibra.

Dos mil diez. Con un Telefónica en plena expansión inversora pero aún no preparada para desplegar su fibra entre los millones de hogares de su cartera, vimos la oportunidad de hacer pedagogía y explicar a la gente por qué la fibra óptica era una tecnología diferente y muy superior al veterano ADSL.

Tanto que tuvimos que salir a buscar a alguien con quien medirnos en igualdad de condiciones. Y llegamos hasta Japón.

Desde allí, nos dieron la bienvenida al club de las altas velocidades. Recuperamos el formato más viejo del mundo, el side by side, y comparamos las prestaciones de Ono con las de operadores nipones como KDDI o NTT DoCoMo, demostrando hasta qué punto la fibra es capaz de conectar simultáneamente varios ordenadores, subir o bajar archivos en tiempo record o ayudar a los gamers a sacar el máximo rendimiento a sus equipos. La comparación no gustó en algunos despachos y llegaron todas aquellas quejas que quedaron en nada. Porque era verdad.

Pero la cosa de las velocidades no se detenía ahí. Solo un año después de haber lanzado los 50Mb, llegaron los 100. Todas las casas de ONO de España alcanzaban la más alta de las altas velocidades. Y lo contamos tal cual.

Parte de lo que se nos reprochó con nuestra primera campaña para Ono fue que, para demostrar las extraordinarias capacidades de la fibra, hubiéramos elegido compararnos con operadores japoneses en lugar de medirnos con nuestra competencia natural en España. Con Héroes de internet decidimos hacerles caso a sus quejas y creamos esta pieza semidocumental. Hay que tener cuidado con lo que se desea.

Una marca como Ono no era solo estrategia. También tenía su día a día, sus promociones, sus objetivos de ventas…

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