Sé Más Viejo: tres palabras que cuestionan toda una industria

Adolfo Domínguez

Hay cosas que creemos intocables, inamovibles. En el sector de la moda, por ejemplo, que las tendencias cambian cada pocos meses. Que las campañas de moda no pueden tener conceptos claros y rotundos. Que “viejo” es una palabra peyorativa. Pero, a veces, cuando te saltas esas normas, te das cuenta de que había mucha gente deseando que alguien lo hiciera.

Sé más viejo. Tres palabras que confrontan una marca con todo un sector. Tres palabras en las que una marca mítica como Adolfo Dominguez reivindica su esencia como firma de moda de autor y se postula a favor de la sostenibilidad de lo duradero y el estilo frente a la volatilidad del fast fashion. 

Este vídeo es un buen resumen:

Una campaña sobria, clásica, que se basa en la defensa de la sabiduría que aporta la vejez en un mundo en el que “solo importa lo último, lo nuevo, lo que acaba de salir”. La firma invita a pensar como los viejos porque “los viejos saben cosas. Los viejos han visto. Y saben que no todo lo nuevo es necesariamente mejor. Que hay algo absurdo en comprar algo y no usarlo. Que no hay que comprar más, sino elegir mejor. Que si algo es perfecto, deberías repetir. Que lo sostenible es tener una falda que te dure diez años. Que es mejor saber de estilo que de modas”.

Una campaña cuyo compromiso que se reflejaba en toda la experiencia de marca, especialmente en las tiendas. Una idea que busca nada menos que provocar un cambio cultural en nuestra forma de relacionarnos con la moda. Dar a cualquiera motivos de orgullo por salirse de la rueda de la compra compulsiva del fast fashion y apostar por un consumo más racional. Comprar, en definitiva, como lo hacían nuestros abuelos: con sentido común.

Si hay algo verdaderamente sostenible es no comprar.

En febrero de 2019, una segunda ola de campaña quiso llevar más allá el Sé Más Viejo, y demostrar cómo esta es una filosofía que todo el mundo, independientemente de su edad, debería tener en cuenta. Por eso, dos modelos jóvenes, posando como el Pensador de Rodin sobre montañas de ropa, invitaban a pensar, a ser más viejo, recordando con estadísticas lo absurdo de la manera actual de consumir ropa.

En definitiva, una campaña que busca romper las reglas de la categoría, apostando por un modelo de consumo responsable y sostenible. Una conversación con mucho recorrido alabando el sentido común de nuestros padres, haciendo al consumidor reflexionar y sentirse orgulloso de esa manera de consumir.

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